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De la misma manera que se entrena el cuerpo, es momento de entrenar el cerebro. El cerebro genera tu vida y regula tu bienestar.
Las investigaciones señalan que para mantener el cerebro en buen estado, al menos, necesitamos tres factores en nuestra rutina diaria: un sueño de calidad, el estrés debe ser moderado y tener emociones positivas (afecto).
En la Universidad de Chicago, en el año 1958 llevó acabo una investigación que corroboró la habilidad humana para regular sus propias ondas cerebrales.
Actualmente, estamos conscientes de que podemos entrenar al cerebro para que sea más maleable, de este modo obtener una mayor poder de recuperación.
Es importante tener en cuenta que el cerebro siempre genera varias ondas cerebrales simultáneamente durante el día. Nuestra capacidad para atender, organizar, comunicarnos o realizar cualquier cosa está fuertemente vinculada con la mezcla de las ondas cerebrales que genera y nuestra eficacia se basa en la adaptabilidad que poseamos para cambiar de una a otra.
Tipos de Ondas
Ondas Beta (β); son las más habituales en nuestras horas de vigilia y se relacionan con los estados de alerta. Está vinculada con la concentración y el razonamiento (el trabajo, atravesando una calle concurrida, es decir, con actividades que incrementan los niveles de estrés. (13-30 Hz).
Ondas Gamma (γ); son las ondas cerebrales más veloces y causan un incremento en la actividad mental y en la lucidez. Son las vibraciones de la intuición y la creatividad; surgen cuando nos encontramos en momentos de concentración intensa. Se manifiestan en los momentos de serenidad y para que aparezcan, previamente debimos haber experimentado las ondas alfa, no es posible acceder a ellas de manera directa. (30+ Hz).
Ondas Alfa (Ɑ); presentan una mayor serenidad, una lucidez relajada. La atención se separa y la introspección se une. Ya no nos preocupamos por lo que ocurre en nuestro entorno. Sucede si cerramos los ojos y nos relajamos. Si proyectamos y reflexionamos acerca del futuro.
Se ha demostrado la eficiencia neural a través de sofisticados análisis EEG que indican que las personas con ACI (alta capacidad intelectual) activan ondas alfa con mayor regularidad y su consumo metabólico es inferior. (8-12,9 Hz).
Ondas Theta (𝛳); están relacionadas a la somnolencia, surgen cuando comenzamos a adormecer y frecuentemente van acompañadas de fantasías y sueños. (4-7,9 Hz).
Ondas Delta(ẟ); son las del sueño profundo. (2-3,9 Hz).
La fluidez, ese instante en el que entregamos nuestro máximo esfuerzo, ocurre cuando las ondas cerebrales están perfectamente sincronizadas con la actividad que estamos haciendo.
Errores, ansiedad, depresión, estrés, confusiones, discusiones innecesarias, entre otros tantos, frecuentemente son provocados por una combinación deficiente de las ondas cerebrales o también puede ser por la falta de habilidad para modificarlas.
El problema nace cuando una onda cerebral empieza a controlar la mayoría del tiempo, cuando una se convierte en el personaje principal de nuestra vida cotidiana y es precisamente lo que la vida moderna está causando.
El estrés se ha convertido en parte de la cultura actual y forza a nuestro cerebro a mantenerse constantemente en ondas Beta (estados de alerta), como consecuencia sus efectos son catastróficos para nuestro cuerpo.
Por lo tanto, es crucial aprender a manejar y generar otras ondas.
Dieta mental para un cerebro en forma
Dormir: garantizar un sueño de calidad, proporcionar al cerebro el descanso necesario para afianzar los conocimientos adquiridos durante el día y recuperar energías. Fortalece las ondas delta y theta.
No hacer: momento de quietud, sosiego, reposo, relajarse, dejar que el cerebro revoloteé sin un propósito. Favorece las ondas theta y alfa.
Actividad contemplativa: instantes de introspección, meditación, centrándonos en nuestras percepciones, pensamientos, reflexiones. Impulsor de ondas alfa y gamma.
Relaciones: tiempo destinado a establecer una conexión con los demás, gozar de un buen diálogo, conservar el contacto físico y experimentar emocionalmente. Impulsa cualquier tipo de ondas dependiendo del tipo de contacto.
Juego: creatividad, ser espontáneos, ser natural, experimentar actividades nuevas, placenteras, entretenidas, reír. Incrementa las ondas gamma.
Ejercicio físico: ejercitarse, practicar algún deporte, bailar, caminar, estar en movimiento. Aumenta las ondas gamma y Beta.
Hacer: desarrollar ideas, establecer y alcanzar metas. Trabajar o estamos en estados de alerta. Desarrolla las ondas beta.
Este artículo es de carácter informativo. En caso de presentar alguna condición o malestar, acude a un especialista en la salud.
Fuentes
Romo, M. (2014). Entrena tu cerebro. Neurociencia par la vida cotidiana.
Lee, I. (2020). La vibración de las ondas cerebrales: Recuperar el ritmo de una vida saludable y feliz. Ediciones El Grano de Mostaza.
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Este artículo es de carácter informativo. En caso de presentar alguna condición o malestar, acude a un especialista en la salud